Santiago 14 de diciembre de 2022
Estimada comunidad educativa del Liceo de Aplicación
Ante la difusión de información referida a mi desempeño profesional, experiencia laboral y a situaciones ocurridas en 2019 —a través de medios como La Red “Hola Chile” (15 de noviembre), El Líbero (12 de diciembre) y del diario El Mercurio (13 de diciembre)—, creo necesario dirigirme a ustedes para compartir mi visión sobre lo que de manera liviana y mal intencionada se está intentando levantar.
Se han emitido aseveraciones respecto de un instrumento evaluativo que yo quise aplicar como evaluación de lectura domiciliaria para estudiantes de cuarto año medio, el que ha sido tildado de “contener inducción política”, argumentándose también que mis evaluaciones eran «a favor de la violencia contra la Municipalidad de Santiago, el Ministerio y la Ley actual».
Aclaro que la lectura a la que se refieren las notas es al libro “La Resistencia” de Ernesto Sábato, autor sugerido para trabajar en la asignatura de “Literatura e Identidad”, según decreto de planes y programas y obra de lectura obligatoria desde 2006 en el Liceo Darío Salas.
La jefa de la Unidad Técnico-Pedagógica de la época censuró dicho instrumento argumentando que por el contexto del liceo no era conveniente trabajarlo y me pidió cambiar el texto. Dado esto, elaboré otro instrumento de medición por lo que dicha evaluación jamás fue aplicada a los estudiantes, aun cuando ella estaba circunscrita a los objetivos de aprendizaje establecidos por la normativa vigente y eje temático del plan de estudio).
Debo precisar que me desempeñé durante 15 años en el Liceo Darío Salas, ejerciendo allí diferentes funciones, entre ellas, la de encargada de convivencia escolar. No fui “sacada” del Liceo Darío Salas como se señala en algunas notas de prensa, sino que fui yo quien solicitó traslado de establecimiento, esto producto del constante acoso y hostigamiento laboral que se ejerció en mi contra, hecho que denuncié y que está registrado en los múltiples correos formales que remití a la administración de la época. En efecto, el 8 de mayo de 2019, en reunión realizada en la Dirección de Educación Municipal, pedí formalmente mi traslado inmediato de liceo, solicitud que se concretó iniciando el segundo semestre de ese mismo año.
Destaco que, a mi salida del Liceo Darío Salas, se me hizo entrega de una carpeta con múltiples acusaciones de parte de la directora en ese entonces. Cada vez que fui requerida presenté evidencias contundentes refutando tanto el fundamento como la buena fe de estas supuestas denuncias. No fui nunca notificada formalmente de estar sometida a un procedimiento sumario, solo me fueron notificados los cargos que se me hacían. Por otro lado, el sumario al que se hace referencia se dilató desde julio de 2019 hasta más allá de julio de 2021, periodo más que suficiente para que la administración anterior acogiera las acusaciones planteadas si es que estas hubiesen sido verídicas y contundentes como se pretende instalar. Bajo esa misma administración tampoco se me habría solicitado ejercer funciones docentes en el Internado Nacional Barros Arana si es que las acusaciones hubiesen tenido fundamento real; por dar solo un par de ejemplos.
Respecto de mi nombramiento como Directora Interina del Liceo de Aplicación, aclaro que soy Profesora de Estado en Castellano, Licenciada en Educación, Magíster en Educación con mención en evaluación y currículum; llegué al sistema municipal el año 2005 al Liceo Darío Salas, establecimiento en el que gané por concurso público la titularidad de mis horas en 2006; ejercí docencia de aula hasta 2022; fui profesora asesora del Centro de Estudiantes desde 2006 hasta 2012, elegida por los mismos estudiantes como lo establece la normativa; fui dirigente gremial entre 2013 y 2019, primero en el Liceo Darío Salas y luego en el INSUCO Eduardo Frei Montalva, elegida por las y los colegas de ambos establecimientos; he prestado servicios en instituciones de educación superior, por ejemplo Universidad La Frontera y he sido coautora de textos de preparación universitaria, entre otros aspectos de mi carrera profesional.
Hoy se me ha encomendado la responsabilidad de dirigir el Liceo de Aplicación, mientras se inicia y resuelve el correspondiente concurso público para proveer el cargo titular de Director/a del mismo. En estas semanas, me he abocado y abocaré a mi actual función con todas mis capacidades y tiempo, buscando integrar participativamente a la comunidad aplicacionista en las soluciones a los desafíos y problemas que enfrentamos, por ejemplo, he sostenido reiteradas entrevistas con diversos grupos de apoderados, estudiantes y funcionarios, con miradas divergentes en pos de la búsqueda de criterios comunes que apunten a la mejora y el enriquecimiento pedagógico e integral de los estudiantes.
Lamento muchísimo que existan quienes, para justificar sus posiciones o para desviar la atención sobre sus errores, recurran a la difamación, la mentira y la mala fe. Es tanto o más lamentable que estas personas encuentren complicidad en un trabajo editorial y periodístico que se aleja de los parámetros de la objetividad, la seriedad y la ética investigativa.
En el caso de algunos Liceos de Santiago, se trata de personas que por años se han sentido con el derecho y el poder para ejercer hostigamientos y acosos sistemáticos contra docentes o contra estudiantes o asistentes de la educación, levantando acusaciones infundadas o derechamente falsas y dividiendo a las comunidades entre buenos y malos, entre adeptos y enemigos. Este tipo de prácticas son aún más nocivas cuando se ejercen o se han ejercido desde posiciones directivas.
Por lo mismo, creo que como comunidades y como sistema educativo necesitamos desterrar completamente esas lógicas, avanzando hacia liderazgos pedagógicos más sanos, democráticos e inclusivos, capaces de trabajar con todos y todas quienes componemos nuestras diversas y ricas comunidades educativas. Es mi propósito aportar a ello a través del diálogo franco y del actuar profesional, siempre teniendo como objetivo la formación y aprendizajes de nuestros y nuestras estudiantes.
Paola Santos Andrade
Profesora de estado en castellano
Licenciada en educación
MagÍster en educación
Directora (R) Liceo de Aplicación