A la Comunidad Aplicacionista
En las
siguientes líneas queremos expresar nuestro sentir y dar a conocer nuestro
pensamiento frente a los acontecimientos que vienen sucediendo de un tiempo
a la fecha.
En primer lugar
queremos decir que compartimos plenamente las demandas por una educación
pública de calidad, con un financiamiento basal y no con el sistema de
subvención actual que no permite cubrir la totalidad de los insumos necesarios.
Además, se hace necesaria la intervención directa de los organismos técnicos
competentes que hagan efectiva la desmunicipalización de los establecimientos
públicos. Sin embargo creemos que estas demandas deben legitimarse en su
origen, es decir hacerlas efectivas en el marco de la tradición republicana de
nuestro liceo, con pleno ejercicio de la convivencia ciudadana, con tolerancia
y respeto. Sin amenazas ni agresiones. De lo contrario el objetivo principal se
desvirtúa y sólo redunda en la destrucción del sistema público, en la fuga de
alumnos al sector privado. En consecuencia nos daña y no nos fortalece.
En este marco
hemos dado las facilidades para el debate y la canalización de las legítimas
demandas, lo que ha sido comprendido por casi la totalidad de nuestra
comunidad, que quiere aportar y no destruir. Sin embargo un grupo reducido de
alumnos, ínfimo en realidad, así no lo ha entendido y ha usado el
amedrentamiento, la amenaza, la agresión, la desinformación y todas las formas
de violencia al interior del establecimiento. Esta ha recaído sistemáticamente
en sus propios compañeros y en los funcionarios del liceo. Respecto a estos
últimos ya suman una decena de agresiones, en algunos casos por encapuchados
armados y en otras en forma directa. Las que están registradas, atendidas por
la ACHS y, si la gravedad de la situación
lo amerita, con las respectivas
licencias médicas.
En consecuencia,
ante esta situación hemos resuelto presentar un recurso de protección ante la
justicia para que se nos garantice la seguridad al interior del
establecimiento. Por otra parte le hemos exigido a la autoridad municipal,
nuestro empleador, que cumpla la ley, es decir nos provea de un espacio acorde
con las funciones que desempeñamos, esa es su obligación. Tome las medidas que
estime pertinentes para que el proceso de enseñanza se efectúe con normalidad. Frente
a esta petición, nuestro empleador, a través de su Departamento Jurídico nos ha
dicho que en base al Ordinario N°961 del 22 de Julio del 2016, se recuerda y
exige a los Docentes Directivos que es su obligación legal normalizar el proceso
educativo frente a tomas u otras acciones ejercidas por minorías de estudiantes
y que dicho documento debía ser socializado con todos los estamentos de la
comunidad educativa. Los Profesores no conocíamos dicho Ordinario, fue el señor
Jefe Jurídico del DEM quien nos lo entregó el recién pasado Miércoles 17 de
Agosto. Esto lo informamos a la Dirección y le señalamos que la DEM le obligaba
a asumir su responsabilidad: En ese contexto Dirección dijo tener los
antecedentes para realizar sanciones y presentó al Consejo de Profesores un
listado de 23 alumnos, de los cuales a 7 se les pediría cambio de
establecimiento .Con ésto queremos dejar en claro que la obligación legal de
sancionar no es del Cuerpo Docente, como por diversos medios se ha difundido
desde el viernes 19 del presente. Nosotros cumpliremos también con nuestra
obligación. Así entonces, amparados en el marco reglamentario interno, externo
y judicial contribuiremos todos a fortalecer la educación pública sin renunciar
a nuestras demandas, que esperamos sean compartidas por la comunidad. Somos
respetuosos de las mayorías y del ejercicio democrático. Ningún miembro de la
comunidad está excluido de este ejercicio, tanto en sus derechos como en sus
deberes. Los que persisten en conductas
violentas se han apartado por voluntad propia de los ideales aplicacionistas,
especialmente el del respeto y la tolerancia. Basta leer los comunicados que
emiten quienes atentan contra el Liceo y su comunidad: están llenos de insultos
y desinformación. No queremos que nos gobiernen por el temor, esos códigos no
son los nuestros. Nada tienen que hacer en los espacios del Liceo las bombas
molotov, las capuchas ni tampoco las bombas lacrimógenas que inundan no sólo de
gases, sino también de incertidumbre e intranquilidad los espacios destinados
al progreso del intelecto, al esparcimiento y
la convivencia. Así como en la sala de clases tenemos el deber
de generar una comunidad de aprendizaje. En todos los espacios de nuestro
establecimiento debe haber un ambiente propicio
para desarrollar nuestra labor.
Invitamos a
todos los integrantes de nuestros Liceo: Apoderados, funcionarios y alumnos a
iniciar un gran camino de rescate de nuestros valores, desterrando para siempre
la mentira, el insulto, la amenaza y la
agresión para transitar por la senda del debate, del intercambio de ideas, de
las propuestas como una forma de
refrendar el rol histórico en que hemos tenido como institución emblemática de
la educación pública nacional.
Atentamente
Consejo Gremial.
Colegio de Profesores
Liceo de
Aplicación
Santiago 22 de agosto de 2016